Como se llamaba la lectora de tarjetas perforadas?

¿Cómo se llamaba la lectora de tarjetas perforadas?

La máquina tabuladora es una de las primeras máquinas de aplicación en informática. En 1890, Herman Hollerith (1860-1929) había desarrollado un sistema de tarjetas perforadas eléctricas y basado en la lógica de Boole, aplicándolo a una máquina tabuladora de su invención.

¿Qué desarrollo Hollerith?

Herman Hollerith (Buffalo, Nueva York, 29 de febrero de 1860-Washington D. C., 17 de noviembre de 1929) fue un inventor que desarrolló un tabulador electromagnético de tarjetas perforadas para ayudar en el resumen de la información y, más tarde, la contabilidad.

¿Quién inventó la tarjeta perforada?

La tarjeta perforada patentada por Herman Hollerith el 8 de junio de 1887 y usada en las máquinas tabuladoras mecánicas en el censo de 1890 de Estados Unidos de América, era un trozo de cartulina de alrededor de 90 mm por 215 mm, con orificios redondos y 20 columnas.

LEER:   Como funciona un rifle de piston?

¿Cómo funcionaban las tarjetas perforadas?

¿De qué manera funcionaban estas tarjetas perforadas? Su primera aparición aún es debatida hasta el día de hoy. No obstante, el orden cronológico data de su invención alrededor del año 1725 como un “gran rollo de papel perforado” que permitía controlar un telar textil de una compañía en Francia.

¿Cuál era el proceso de programación en la época de las tarjetas perforadas?

En la época de las tarjetas perforadas (años 60 y 70) el proceso de programación era el siguiente: El programador escribía el programa fuente en la hoja de codificación (muchas veces, varias).

¿Cuál es la capacidad de almacenamiento de una tarjeta perforada?

La capacidad de almacenamiento de la tarjeta perforada variaba según su cantidad de preguntas que se debían hacer y cuya respuesta quedaría marcada en la misma. Por ejemplo, en el caso de las tarjetas diseñadas por Hollerith para el censo de Estados Unidos en el año 1890, tenían 20 columnas de preguntas que podrían ser respondidas con sí o no,

LEER:   Cuantos Geiser hay en Chile?