Cuando nace el interes por recuperar los castillos?
¿Cuándo nace el interés por recuperar los castillos?
Será a finales del siglo XIX, y sobre todo del XX, cuando la sociedad recupere la fascinación por los castillos y se reformen buena parte de ellos, presentando su actual aspecto. El interés por recuperar los castillos nace en la segunda mitad del siglo XIX.
¿Dónde se ubicaban los castillos?
Durante este periodo los castillos se ubicaban en zonas estratégicas del territorio para su protección, generalmente en lugares fácilmente defendibles como en lo alto de una colina. Además, constituían el lugar de residencia de los distintos señores feudales, así como del rey, que no dejaba de ser un señor más.
¿Cuál es la función de los castillos?
El siglo XVI marcó el punto de inflexión en la construcción de nuevos castillos que sirvieran de residencia del poder. A partir del siglo XVII los nuevos castillos tendrán una función eminentemente militar, construyéndose baluartes.
¿Por qué los castillos fueron confiados a los castellanos?
Los castillos, una vez construidos, debían ser confiados a sus castellanos, que muy pronto descubrían que aquella fortificación podía convertirse en la base de una acción política independiente.
¿Cuándo nació el castillo?
Sin embargo, dicha estructura es en realidad un paso más en el proceso evolutivo del castillo, que nació en época romana y que se fue transformando hasta llegar al siglo XIX.
¿Cuál es el tipo de castillo de mayor éxito?
Sin embargo, el tipo de castillo de mayor éxito consistía en una muralla, generalmente cuadrangular, con torres en sus vértices, en cuyo interior se extendía el patio de armas rodeado con edificios destinados al establo, acuartelamiento de tropa, capilla, etc., así como un fortín para la defensa extrema, conocido como la torre del homenaje.
¿Qué pasó en los castillos en el siglo XIX?
El siglo XIX fue una época desastrosa para los castillos. A la dejadez provocada por la marcha de sus ocupantes a majestuosas mansiones, se unieron las revoluciones liberales, que provocaron el ataque y destrucción por parte de los campesinos de los castillos de su región, símbolo del poder inamovible de la aristocracia.