Preguntas

Que territorio conquistaron los musulmanes?

¿Qué territorio conquistaron los musulmanes?

Durante sus primeras décadas, el islam se extendió rápidamente desde el noreste hasta Mesopotamia y Persia; y al oeste hasta Siria, Palestina y Egipto (las provincias más ricas del Imperio bizantino). El islam impactó en el mundo cristiano y greco-romano poco después de la muerte de Mahoma.

¿Cuántos rezos hay en el islam?

La primera oración, llamada Fajr, es realizada antes del amanecer; la segunda, Thuhr, después de mediodía; la tercera, Asr, se produce a media tarde; la cuarta, Maghrib, es justo después del ocaso, y la última, Isha, se realiza en la noche.

¿Por qué los musulmanes tardaron en responder a la pérdida de Jerusalén?

Para el islam, la pérdida de Jerusalén en el siglo XI supuso un duro golpe. Sin embargo, los musulmanes tardaron en respon­der con energía a esta situación. Con­vencidos de que se trataba de una ocupación de carácter temporal, no creyeron que los frany fuesen a esta­blecerse en Palestina de forma per­manente.

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¿Por qué los musulmanes creen que Jesús no murió en la Cruz?

Los musulmanes creen que Jesús no murió en la cruz; niegan una de las enseñanzas centrales del cristianismo. Finalmente, el islam enseña que el paraíso se obtiene a través de buenas obras y la obediencia al Corán. La Biblia, en contraste, revela que el hombre no puede estar a la altura del Dios Santo.

¿Cuáles fueron los primeros ataques de los musulmanes a las costas españolas?

Los musulmanes también habían estado reconociendo el terreno, tanteando las costas españolas con breves ataques y saqueando varias ciudades: el primero, ya citado, bajo el reinado de Ervigio, y el último en julio de 710, tras la conquista de Ceuta, con el desembarco de Tarif ben Malluk en la isla de Tarifa y su posterior vuelta al norte de África.

¿Cuáles fueron las cualidades de los musulmanes?

A pesar de todo ello, los musul­manes supieron ver cualidades posi­tivas en los cristianos. Es cierto que los presentaban justificadamente co­mo mentirosos, arrogantes y violen­tos, pero también lo es que los admiraban por su heroísmo y por el ardor con que defendían su fe, al tiempo que reconocían la prosperidad de los territorios que gobernaban.