Quien fue Socrates y por que es tan importante para la etica?
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¿Quién fue Sócrates y por qué es tan importante para la ética?
Sócrates considerado el padre de la ética por que se preocupa de devolver a la palabra devaluada e instrumentalizada su valor autentico y eso solo es posible si la palabra sirve a la verdad.
¿Cuál es el aporte de Sócrates?
El aporte más importante de Sócrates a la filosofía occidental fue su técnica para argumentar un punto, conocida como la técnica socrática, que aplicó a muchas cosas, como la verdad y la justicia, esto se describe en los “Diálogos Socráticos” de Platón. Fundamentó una relación entre la filosofía y la educación.
¿Por qué Socrates es considerado el padre de la filosofía?
Fue el verdadero iniciador de la filosofía en cuanto que le dio su objetivo primordial de ser la ciencia que busca en el interior del ser humano. La dialéctica es el método de compartir conocimiento, usado principalmente por Platón, inspirado en la mayéutica de Sócrates.
¿Cómo era la vida de Sócrates?
Sócrates siempre estaba en público. Muy de mañana iba a los paseos y gimnasios, y cuando la plaza estaba llena, allí se le veía, y el resto del día siempre estaba donde pudiera encontrarse con más gente. Por lo general, hablaba, y los que querían podían escucharle.
¿Cuáles son las fuentes de importancia para el Sócrates histórico?
Otra fuente de importancia para el Sócrates histórico es el historiador y militar, Jenofonte, que dice de Sócrates: «Nunca conocí a nadie que tuviera más cuidado de averiguar lo que cada uno de sus compañeros sabía».
¿Cuál fue el pensamiento de Sócrates?
Sócrates era unos veinte años más joven que Protágoras, la gran figura de los sofistas, y definió su propio pensamiento en el debate constante con las tesis de los sofistas, a los que criticó duramente por sus ideas políticas y morales y también por el modo en que buscaban rentabilizar económicamente sus enseñanzas.
¿Qué le pasó a Sócrates?
Desde esta perspectiva, en la historia de la cultura occidental siempre ha emergido alrededor de Sócrates un aura fascinante de misterio y santidad, alimentada sin duda por su condena a muerte en el año 399 a.C., acusado de negar a los dioses y corromper a la juventud ateniense.